Bien es sabido aquello de «si tienes un problema tienes dos opciones: si tiene solución buscarla y si no, dejar de preocuparse». Así pienso yo, aunque cuando encuentro la solución reconozco que puedo llegar a ser un poco lenta en pasar a la acción, pero lo acabo haciendo. Quedarme de brazos cruzados no va conmigo.
¿Y cuál es el problema en este caso?
El escalofriante futuro que le espera al planeta en el que vivimos, y a nosotros, por el maltrato al que le estamos sometiendo.
Me negaba a aceptar que no tenía solución y encontré una respuesta al ver este maravilloso film. Definitivamente mis baterías se han cargado para seguir creyendo que podemos hacer algo para cambiar ese destino desolador.
Será difícil, somos una minoría los que queremos hacerlo, pero ¿cuántas cosas que ahora ni siquiera apreciamos un día fueron cosa de muy pocos llamados locos? Sin ellos ¡no habría derechos humanos!, por poner solo un ejemplo.
Reconozco que llegué a la película Demain desde el enfado, también es una manera de reaccionar.
Me vuelve loca el cine, las historias en general, y me gustan casi todos los géneros, desde el costumbrista y más alternativo hasta la ciencia ficción, pero estaba cansada de encontrarme argumentos catastróficos sobre el futuro que nos espera. Un mundo que se acaba, donde nos matamos unos a otros por comida y agua, donde no podemos respirar por la contaminación, donde hace una temperatura extrema de calor o frío… mutaciones, manipulaciones, conspiraciones…
Realmente me cuesta recordar alguna excepción a estos «alegres» guiones…
¿Wall-e de Pixar y Soy Leyenda de la Warner Bros quizás?
(Si conoces alguna más te agradecería que me lo dijeras en los comentarios. ¡Me harías muy feliz!)
Como digo, estaba enfadada, pero estaba atenta; no me doy tan fácilmente por vencida. No quería creerme que no había más gente como yo que tenía otra visión del futuro. Soy un poco inocente, pero no tanto.
Me preguntaba… ¿por qué somos tan negativos? ¿hay alguna explicación científica que lo justifique? ¡Esta actitud no nos deja actuar ni buscar alternativas!
Y de repente, en un breve período de tiempo, apenas unos meses, he encontrado respuesta a mis dos preguntas, y quería compartir mi felicidad y mi esperanza contigo.
Te cuento…
¿Por qué somos tan negativos?
Cada vez sabemos más sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y de nuestras emociones y ha llegado el momento de aprender sobre ello para vivir mejor. ¿Mens sana in corpore sano? Ya no está tan clara que una sea consecuencia de la otra, sino que tenemos que cuidar ambas.
Elsa Punset y el paleoantropólogo Donald Johanson, entre muchos otros, nos recuerdan que a pesar de los grandes avances tecnológicos nuestro cerebro todavía funciona como si siguiéramos en las cavernas y seguimos siendo, mal que nos pese, cazadores-recolectores. Por este motivo, nada despreciable, tenemos que ser conscientes que de manera refleja estamos todavía a la defensiva para protegernos de las supuestas situaciones de peligro; por eso somos más receptivos a las cosas negativas. Como dice Elsa, somos como velcro para lo malo y teflón para las cosas buenas.
De ahí el éxito de masas que tienen esos argumentos destructivos de las películas.
Solo sabiéndolo podemos iniciar el cambio. Con esta información vital podemos reaprender y empezar a usar nuestro «pensamiento creativo», el único que permite pensar en alternativas y diseñar soluciones.
Quizás este mismo razonamiento fue el que llevo a la actriz Mélanie Laurent y el actor, project manager y sobre todo activista Cyril Dion, los directores de Demain ha realizar este documental.
¿Estamos a tiempo de cambiar el futuro desolador que predice la comunidad científica?
En este largo film de 2 horas de duración, pero ameno y sin un minuto desperdiciado, nos dicen que tenemos 20 años para hacerlo y lo que es más importante, nos demuestran con ejemplos el Cómo. Información útil, práctica y realista (nada de idealizaciones) de principio a fin.
Un viaje a través de 10 países mostrando soluciones locales y de pequeñas comunidades pero con impacto global. Un recopilatorio excepcional de diferentes soluciones que se pueden llevar a cabo para frenar y cambiar el destino fatal que estamos dibujando. Nosotros somos la causa, pero también podemos ser la solución. Porque el ser humano puede ser capaz de las peores cosas, pero también de las mejores.
Te invito que te adentres en este viaje donde tendrás la oportunidad de conocer en primera persona a la gente «normal» y excepcional que está reinventando el mundo en temas de agricultura, energía, economía, democracia y educación. Proyectos que están en funcionamiento desde hace algunos años y que ya han demostrado su funcionalidad para conseguir el cambio.
Después de ver Demain mi motivación, que ya era mucha, ha crecido. Si a eso le sumas lo que dicen dos de mis referentes, no puedo hacer otra cosa que seguir adelante y trabajar por ello.
Joan Melé: «prefiero morir sabiendo que hice todo lo posible que quedarme mirando» y José Luís Sampedro: «el problema no está en el que no hace sino en todos los que dejan que pase».
¿Qué son 2 horas de tu vida al lado de un planeta que se muere por nuestra culpa? ¿De verdad te vas a quedar con los brazos cruzados esperando un milagro?
Ten en cuenta solo estas dos cosas:
Sin respirar no podemos vivir.
Los milagros los hacen las personas.
El trabajo al lado de la recompensa es insignificante y, como verás en el film, resulta muy gratificante y hasta divertido.
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